A pocos kilómetros del bullicio de Reims y Epernay, el Champagne Bernard Remy, creado hace más de 50 años por el propio Bernard Remy, destaca por su espíritu voluntario. Es en Allemant, un pequeño pueblo de la Côte des Blancs, donde la familia transforma sus uvas en vino de champán.
En 1968, Bernard Remy compró sus primeras viñas en el pueblo. Comercializará sus primeros cuvées en el mercado francés unos años más tarde.
Fue en 1983 cuando decidió construir una bodega real para producir su propio vino y convertirse así en “maestro” de su producción. Con el deseo de ampliar su viñedo, compró tres hectáreas adicionales en 1986, triplicando así su producción. La bodega se hizo demasiado estrecha para almacenar estas burbujas excepcionales, la amplió en 1990, 1997 y recientemente en 2008, permitiendo así que las botellas envejecieran en las mejores condiciones y dejando tiempo para hacer su trabajo.
UNA TRANSMISIÓN DE PADRE A HIJO
Rudy, su hijo, llegó a la finca en 1996, se hizo cargo de la casa en 2008, pero Bernard nunca está lejos.
La discreta empresa familiar siempre ha visto aumentar su facturación de forma gradual y regular gracias al boca a boca de sus clientes.
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